viernes, 4 de mayo de 2018

El futuro llegó, el futuro que no queremos.

La secundaria del futuro es una de las tantas reformas que implementa el gobierno en su avanzada sobre la escuela pública, atacando directamente nuestras condiciones laborales en el marco de una reforma laboral generalizada.
Se está implementando en los primeros años de las escuelas pioneras, conejillas de laboratorio del gobierno. La idea de este tipo de aplicación, en menos de dos docenas de escuelas, es lograr que la bronca ante el manoseo al que somete a la docencia sea fragmentada y no se pueda organizar. A ello se suma la escasa respuesta por parte del sindicato mayoritario en la ciudad, UTE-CTERA,
que aumenta la soledad de las resistencias de cada escuela.
*Aprietes, falta de pago e inestabilidad laboral*
Si bien el gobierno se había comprometido por escrito ante los sindicatos, en octubre pasado, a respetar la situación de revista de la docencia, así como a implementar los medios para una aplicación gradual que no afectase la carga horaria ni los ingresos docentes, la realidad se está presentado diametralmente opuesta. En las diferentes escuelas se repiten estas charlas entre:
“Me agregaron horas, pero son horas institucionales, por fuera del Estatuto y para poder tomarlas tuve que renunciar a las únicas horas titulares que tengo.” “Me llamó la supervisora! Porque me negué a aceptar el cambio de horario. Me presionan todos los días”
“Lxs docentes terminan arreglando de a unx, porque no hay una respuesta colectiva”
“Los papeles no salen de la escuela porque nadie sabe la cobertura legal del incremento horario, anda a saber cuándo se cobrarán”
De esta manera nos encontramos con docentes forzadxs a renunciar a horas que venían cobrando para poder ejercer horas de dudosa categoría y de aún más dudoso cobro.

*La idea de la docencia inútil*
Esta reforma es calcada de las recomendaciones del Banco Mundial, al igual que el plan maestro y el proyecto de la Unicaba, que se cimientan en el desprestigio que se hace de la docencia y la educación pública. Se responsabiliza a la docencia de los resultados educativos que ellos mismos evalúan con sus evaluaciones estandarizadas, que nada relevan sobre las condiciones en las que se producen las enseñanzas y aprendizajes. A la vez, se fomenta la ilusión que la tecnología podrá reemplazar la tarea docente. Asi se crea la idea de que la docencia es inútil y debe reconvertirse a una aplicación de recetas creadas por otros mediante el uso de nuevas tecnologías y que sólo bastará con una disminuida planta de docentes universitarixs. Así, si la docencia es una simple ejecutora y no un sujeto activo sería merecedora de menos derechos laborales.

*Nada que esperar, hay que frenarla*
Ante esta situación de precariedad, y con la perspectiva temible de cómo se pueden agravar las cosas, es evidente que hay que dar de baja este nuevo golpe a la escuela pública. No podemos permitir que esta reforma se aplique en todas las escuelas y en el resto de los años. Es urgente superar la fragmentación entre escuelas y convertir el malestar en acciones positivas. Resulta prioritario construir un plan de lucha que genere una huelga educativa junto a los profesorados, estudiantes y todos los niveles.
Ese plan debe rechazar las reformas antieducativas del gobierno y plantear la anulación de la secundaria del futuro. Debemos pelear por garantizar que nadie deba renunciar ninguna hora, por la estabilidad laboral y el pronto cobro de todas las horas.
Pelear por la titularización para frenar la creciente precariedad de las nuevas horas. Y luchar por la creación de cargos con horas extraclase.
Obtener la concentración horaria de los docentes en una única escuela con horas estables dentro del estatuto docente, única perspectiva posible para implementar una adecuada coordinación entre profesores y espacios para planificar en el ámbito de escuela.
Generar un piso tecnológico al servicio de las estrategias de enseñanza aprendizaje que se generan en las propias escuelas y no en función de lo que decidan tecnócratas.
Lxs docentes debemos batallar contra esta reforma regresiva, inconsulta y absolutamente inadecuada a la situaciones en las que se enseña y aprende en la Ciudad de Buenos Aires.
El gobierno avanza con la reforma laboral que en la escuelas medias ya se aplica con la secundaria del futuro. La UTE CTERA, como sindicato mayoritario, tiene que salir de la tregua que con su pasividad disimulada con paros aislados, sentadas y declaraciones, poca o nula resistencia presenta. Lxs docentes tenemos que imponer asambleas en las escuelas para tener una planificación de la lucha que sea con la perspectiva de defender en las calles nuestros derechos laborales.

No a la secundaria del futuro, no a la reforma laboral!

LISTA ROJA - CABA

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