En un
nuevo ataque a la Educación Pública el Gobierno de la Ciudad
pretende cerrar grados y cursos de Primaria y Media.
Año tras
año los docentes venimos resistiendo las políticas del
Gobierno que atacan nuestros derechos como trabajadores y a la
educación pública.
Los
proyectos de maestros de maestros, evaluación docente, derogación
de las juntas, recomposiciones salariales disfrazadas de
aumentos, hacinamiento escolar, malas condiciones de aprender y
enseñar, desfinanciamiento de la escuela pública para
financiar la privada, etc. Junto con esto, ahora nos toca resistir
la Disposición 15 que establece el cierre de grados y cursos,
amparándose en el decreto 1990 del año 1997 que establece un
mínimo de alumnos por grado.
Lejos de
preocuparle la educación pública al Ministerio de Educación,
lo que viene a reafirmar dicha disposición es un claro avance sobre
el sector público, beneficiando de esta manera al sector
privado.
A su vez
trata de darle una orientación pedagógica a la medida, queriéndonos
convencer sobre los beneficios de tener aulas repletas de alumnos.
Los
subsidios a la educación privada es desfinanciación de la
Escuela Pública
A modo de
ejemplo, el Gobierno de la Ciudad, en estos últimos 2 años abrió
30 jardines privados (C.P.I.) y ni uno sólo público. Además
subvenciona hasta en un cien por ciento a las escuelas privadas,
destinando para el 2012 un presupuesto de $1500 millones.*
El Estado
cuando subsidia a las escuelas privadas está directamente
desfinanciando a la escuela pública. Esto queda demostrado al
comparar las pésimas condiciones en la que se encuentran nuestras
escuelas frente al crecimiento de recursos brindados a las privadas.
En los
distritos donde se planea cerrar grados se evidencia un alto
porcentaje de escuelas privadas subvencionadas por el Estado. Esto
genera, entre otras cosas, que aumente año tras año la matrícula
de las privadas en detrimento de la pública.
Disposición
15 y los fundamentos pedagógicos
En dicha
disposición el Gobierno intenta fundamentar los cierres de
grados desde un eje pedagógico diciendo cosas como; “...que el
docente pueda trabajar con cursos que cuenten con una adecuada
conformación grupal, en cuanto al numero de alumnos, permitiéndole
ello la implementación de diversas estrategias
metodológicas...”. Si bien es cierto que el aprendizaje en grupos
es significativo y aporta al alumno distintas miradas y la
construcción de un saber compartido; también es cierto que cada
alumno merece una mirada individualizada por parte del docente y esto
no se puede lograr en grupos numerosos con más de 31 chicos,
como existe en la mayoría de los distritos de la capital.
Aquí es
cuando entra en contradicción el fundamento del Gobierno cuando dice
del grupo: “...resultan más enriquecidos cuando una cantidad
pedagógicamente adecuada de alumnos puedan participar de él.”.
Vale aquí preguntar en qué se basan para decir que un grupo de 31
alumnos es una cantidad “pedagógicamente adecuada”.
Todo
docente sabe que el aprendizaje es, en esencia, social. Más allá de
los números, es necesario conocer a cada chico en particular y al
grupo en su individualidad.
Diversas
teorías del aprendizaje (como por ejemplo la de Rudolf Steiner,
creador de la pedagogía Waldorf) rescatan el valor de los
grupos reducidos para poder atender a la diversidad sin perder
de vista el conocimiento colectivo. Pero nada de esto le importa a un
gobierno que tiene y pretende aumentar el hacinamiento en las
escuelas públicas.
Hoy
gracias al estado de movilización permanente, a la presión y a los
esfuerzos de la comunidad educativa que se está dando en
diferentes distritos, y en la capital en su conjunto, se ha logrado
evitar que el gobierno cierre una gran cantidad de grados y cursos de
un total de 221. Pero al 10 de abril aún pretendían cerrar
“sólo” 96, argumentando, mentirosamente, que abrirán más de
200. Sólo los docentes junto a la comunidad educativa podemos
ponerle freno a esta situación.
(*) El
Sagrado Corazón junto con el Colegio Privado Argentino
Excelsior reciben más de $ 8 millones.
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